Rincones místicos

*A lo largo y ancho del territorio poblano, unos Pueblos Mágicos nos adentran al misticismo de un pueblo.

Identidad Puebla

Puebla, Pue.-  Los atributos simbólicos, leyendas, historia y hechos trascendentes los convirtieron en Pueblos Mágicos, pero fue su magia cultural y social que los consolidó como un espacio único.

Sus costumbres y vestigios contribuyen a revalorar un conjunto de poblaciones que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto.

A lo largo y ancho del territorio poblano, unos Pueblos Mágicos nos adentran al misticismo de un pueblo.

Cholula, pirámide madre

Cholula, Pue.- Cae el sol como plomo, la piel quema y una ráfaga de viento alivia al cuerpo, mientras roza el rostro y alborota el cabello, y frente a los ojos están los vestigios de una ciudad milenaria, custodiada por el volcán Popocatépetl y el Iztatzihual: la zona arqueológica de Cholula.

A la  zona se le conoce como “lugar de huida” por el vocablo náhuatl Cholollan o también como “agua que cae en el lugar de la huida”, uno de los asentamientos mesoamericanos más antiguos de Mesoamérica.

Ahora divididos en dos municipios, San Pedro Cholula y San Andrés Cholula,  las huellas de una cultura prehispánica son uno solo.

Cholula, pirámide madre

 

Cuetzalan, microcosmo indígena

Cuetzalan, Pue.- Por las noches, cuando la neblina se apodera de la Sierra Norte, las calles empedradas de un pueblo brillan con luz propia.

Las pisadas de los trasnochados retumban en las viejas casonas de una Cuetzalan con profundas raíces y vida indígena.

En el día, movimiento constante, con su colorido mercado autóctono repleto de frutas y verduras bajadas de la montaña, con su enorme plaza principal que da refugio a los voladores y su Parroquia de San Francisco de Asís.

Cuetzalan, microcosmo indígena

 

Una panorámica de Tetela de Ocampo

Tetela de Ocampo, Pue.- El verde intenso de la vegetación de la Sierra Norte contrasta con el terracota de los techos de antiguas viviendas de un pueblo que orgulloso mira desde las alturas.

Cada mañana el sol surge entre las elevadas montañas de la sierra, se levanta la neblina y muestra un espectacular paisaje en Tetela de Ocampo, un municipio arropado por un bosque de clima húmedo templado.

A mil 700 metros sobre el nivel del mar, deslumbran las casonas de colores en el primer cuadro, una imagen que evocan tiempos pasados; a los lejos las cascadas, grutas y cañones naturales conforman una panorámica única.

Una panorámica de Tetela de Ocampo

 

Cholula, la celosa milenaria

San Pedro Cholula, Pue.- “Cholulita la bella”, la que busca con ese pretencioso pero preciso mote diferenciarse de sus otras parientes, San Andrés y Santa Isabel, las dos también con el mismo apellido.

Ella es una celosa milenaria, que le esconde sus secretos -el girar de su vida íntima- a los turistas, pero que se enorgullece de sus costumbres y de sus herencias indígena y colonial.

Para el forastero, es la cuna de una civilización originaria, de antes de los españoles, quienes intentaron literalmente sepultar su pasado.

Cholula, la celosa milenaria

 

Zacatlán, un paseo por las nubes

Una neblina espesa abraza poco a poco al imponente Templo Franciscano del siglo XVI, uno de los primeros templos católicos construidos en América, y el corazón de un pueblo que evoca épocas pasadas.

La bruma que se hace acompañar de un frio intenso, envuelve poco a poco un pueblo mágico llamado Zacatlán, cuna de la relojería monumental, de licores de manzana, de granos de café y de espectaculares paisajes de montaña.

Cada tarde y noche, el pueblo se eleva hasta las nubes y la blanca niebla cubre el enorme reloj floral del Centro Histórico y con ello detiene el tiempo en un lugar de la Sierra Norte de Puebla.

Zacatlán, un paseo por las nubes

 

Atlixco, multisensorial

Atlixco, Pue.-Bajo la filosofía náhuatl, Atlixco es el “Lugar del valle de agua”, pero hoy el municipio poblano conjuga aromas de sus flores, multicolores en fachadas de sus viviendas y monumentos históricos que al recorrerlos despiertan los cinco sentidos.

Con la vista del volcán Popocatépetl, ese que no deja de rugir, el Pueblo Mágico de  Atlixco presume el mejor clima del mundo, pero también su gastronomía basada en su cecina y mole de panza en el mercado local y sus festividades como el tradicional Atlixcayotontli, una fiesta de costumbres y tradiciones que se realiza desde hace varias décadas.

A media hora de  Puebla capital, “La ciudad de las flores” además es historia con su ex Convento del Carmen, la Iglesia de la Merced que data de 1680, la capilla de la Tercera Orden con su magnífico retablo y sus calles de colores chillantes.

Atlixco, multisensorial

 

Cholula: El Convento

Cholula, Pue.- En su entorno carga consigo casi 500 años de historia y los frondosos árboles que lo acompañan han sido testigos de la transformación de un pueblo ancestral y milenario, cuyos remanentes de historia coexisten en cada esquina del actual municipio de San Pedro Cholula.

El Convento de San Gabriel Arcángel es uno de los más antiguos templos del país y de los monumentos arquitectónicos eclesiásticos más emblemáticos de la extensa historia de un municipio que anualmente acapara a decenas de miles de visitantes nacionales y extranjeros.

Su imponente estructura se avista kilómetros atrás, en medio de lo que ahora es una ciudad en crecimiento, donde se erigió el que en su momento fue considerado el monasterio más grande de la Nueva España, que hoy luce un alto perímetro cuadriculado que conecta con los rayos del sol.

Cholula: El Convento  

 

Atlixco, portal a lo insólito

Atlixco, Pue.- En lo alto de un cerro con la vista privilegiada de un imponente volcán, acompañado de un verde paisaje que desconecta de la realidad citadina a quien allí se detiene, hay pedazos de hojalata que en conjunto parecen tener una función: ser un portal a lo insólito.

Según la hora en que se visite el icónico lugar de la exploración de lo desconocido en la zona centro de la entidad poblana, es menor o mayor la sensación de que alguien –o algo– te observa. En el singular sitio los músculos se contraen y la piel se eriza cada que sopla el viento.

En el cerro de la Casita Blanca todo puede ocurrir, inclusive, lo más inverosímil. Lo extraordinario se hace presente y los curiosos, aun con el paso de los años, no dejan de visitar el punto del avistamiento Ovni, en donde la tradición oral reproduce todo tipo de anécdotas.

Atlixco, portal a lo insólito

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